Yo también lo
llamo Amor
aunque venga indeciso
y se acurruque
para que le calme,
aunque a veces no
esté
cercano a todos mis
bostezos
y lo sienta
distante,
imposible,
intangible,
errático,
dubitativo,
febril,
lejano
fuera de mi
circunstancia.
Lo llamo Amor
porque siempre vuelve
y
me ofrece cuentos,
cuentos
que se leen en la
palma de mi mano.
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