De los dedos me vendrán
esas ganas de sentarte y detenerte.
Con los dedos, como con el barro
descubriremos ese loco lenguaje
que nos hace sombra
en tantas y tantas tardes.
Con los dedos del trabajo de la tierra,
de la vida
de la ofensa
con esos mismos dedos con los que te quiero
y te odio,
con los que te enroscas a mí
formando ángulos.
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